sábado, 28 de abril de 2007

El equilibrista



“Y Hamlet no era príncipe, era equilibrista de circo, de un circo pobre, y en su diaria caminata sobre la nada cogía a Yorick con su mano izquierda, mientras que en la derecha cargaba con el vestigio de su propia tragedia. Y Hamlet, que no era príncipe sino que artista de circo, de un circo pobre, miraba hacia abajo, en dirección de los rostros casi ausentes de su público expectante, aquella muchedumbre tan seductora como traicionera, que se masturbaba con la sucia idea de que se hiciera mierda contra el piso.
Y Hamlet, que no recibía paga alguna por sacrificarse diariamente en favor de esa gente ociosa, privada de entretenerse por orden del rey Claudio, se decía: estoy solo y el camino es largo pero vale la pena recorrerlo.
Y Hamlet que no era Hamlet sino que una mala copia de sí mismo, transitaba sin miedo alguno sobre la floja cuerda que cuelga en el destino, mientras, al final del recorrido, Laertes sonreía, sospechosamente, al tibio compás de una tijera de cortar césped.

1 comentario:

Jose Alfredo dijo...

Cristian, tengo ganas de leerte wn, cuando actualizaras esta wea?